sábado, 22 de marzo de 2008

Los que intentaron seguir sus pasos, se equivocaron. Los que se empecinaron se volvieron locos o fueron asesinados. Ahora, en este tiempo alejado, esperamos que los locos y asesinos vuelvan a soñar freneticamente con Eldorado.
Los que llegaron a Eldorado perdieron toda esperanza de regresar. Por fin se cegaron con el sol, justo dios supremo del cenit en su gloria. En los escritos posteriores no se habla ni de la felicidad ni de la desdicha, solo de un tiempo de sosiego y silencio

miércoles, 5 de marzo de 2008

En esta torre de Babel
la actividad inquieta se sosiega,
se adormece, hasta que plash,
la torpeza sin límites se apodera
del sosiego