Hoy la vulgaridad
subió al último peldaño
de la indecencia moderna.
Por los rincones de los sótanos umbríos
reinaban las raíces chamuscadas de las zarzas.
Al fondo del salón,
el arpa.
subió al último peldaño
de la indecencia moderna.
Por los rincones de los sótanos umbríos
reinaban las raíces chamuscadas de las zarzas.
Al fondo del salón,
el arpa.