Aquí, amigo navegante, has topado con el monte. Siempre te engañaron, te engañó la brisa marina, te engañaron la ciencia y sus hechiceros, pero ahora estás atrapado en el Monte del Orégano, es este mar de olores sin igual. Aquí tú eres el timón , tú eres la vela y el viento son tus pies en esta tierra húmeda...no te equivoques, olvida la sirena, no existe; te contaron un cuento de Ulises, de Ítaca y estás confundido.
Ven a este mar orégano de brisas suaves. Ven, has llegado al punto de retorno.
lunes, 29 de octubre de 2007
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