domingo, 11 de mayo de 2008

Los vimos embarcar con la cara sedienta
con el corazón ambicioso y frenéticos.
Venían a por el oro,
pasaron por el monte de orégano:
Torpes, el brilló os cegó,
dejasteis pasar los olores inconfundibles.
Venid, aquí os esperamos.
¿Pensáis que sois los primeros?
Antes que vuestros cuerpos se corrompan
el alma arde en el infierno.
Qué viaje ciego por el agua,
qué tropiezo en el verde,
que aquí os trae,
rendidos al poder del brillo.
Ilusiones vanas
El fuego purificará vuestra ambición.

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